Luego de ver el programa La Noche, el cual hablaba respecto al conflicto indígena en el
departamento del Cauca, se da uno cuenta que la situación es más
compleja de lo que parece. Asumir posturas polarizadas y extremistas es
algo traído de los cabellos y en realidad no aporta soluciones, más aún
desde la lejanía y comodidad de nuestro computador.
Comentarios denigrantes a los actores del conflicto tales como indios patirajados, indios guerrillos, soldados asesinos, soldados hipócritas, etc., mas otros epítetos groseros, en realidad solo son posturas facilistas, comentarios de cafetería, diatribas y juicios que lanzamos con ligereza, sin un fundamento sólido y con ausencia de conocimiento en el tema.
Lo que sí se puede observar es que gracias al abandono del estado por décadas, ha ocurrido degradación y permisividad por parte de las comunidades indígenas, concretamente en lo que se refeiere a cultivos ilícitos, narcotráfico y guerrilla. Segun voceros indígenas, existen documentos de acuerdos con la guerrilla, desde años atrás, referentes a despejes territoriales, pactos de no agresión, etc., al margen y desconocimiento de cualquier autoridad estatal.
Es una realidad que la guerrilla y el narcotráfico ha permeado todos los estamentos de nuestra sociedad: la política, la economía, la sociedad y nuestra gente. Los grupos indígenas no son la excepción.
No se puede afirmar que todos los indígenas son "unos indios pobrecitos e indefensos" (palabras propias de voceros indígenas), pues esto no es cierto. Existen indígenas que hacen parte de la guerrilla y que son traficantes de drogas. Es la triste e inocultable realidad. También es cierto que no es el deseo de toda la comunidad indígena desplazar a los militares. No todos quieren que esto ocurra. Muchos son los que han sufrido y han sido víctimas de la ausencia del Estado y no están interesdos en que las cosas continuen igual.
Es verdad que hay intereses oscuros allí, por parte de ciertos sectores indígenas a quienes no les interesa la presencia estatal, debido a quieren que la ilegalidad siga campante en la región. La autonomía para seguir delinquiendo sin obstáculos. Y paralelamente, indígenas que lo hacen por convicciones honestas, como buscar proteger su cultura y sus derechos básicos. Es un asunto complejo, que requiere tiempo, diálogo y el apoyo de la comunidad internacional. Son problemas que llevan décadas en el oscurantismo y no se puden resolver de la noche a la mañana.
Lo que sí es cierto es que el Estado no puede tener territorios vedados , pues la ley así lo estipula. El Estado no es perfecto. El ejército ha cometido actos de corrupción, abuso de autoridad, muerte a inocentes, etc. Pero a pesar de todo, tiene la obligación de hacer presencia en cada rincón de nuestro país y ejercer soberanía.
Es triste que esta sea la forma en que Colombia voltee sus ojos hacia estos grupos a quienes por años hemos ignorado y que considerábamos un objeto de decoración, un dato curioso en nuestros libros de historia y geografía. La realidad es que los habíamos abandonado y no les dimos el lugar de importancia que se merecen.
Comentarios denigrantes a los actores del conflicto tales como indios patirajados, indios guerrillos, soldados asesinos, soldados hipócritas, etc., mas otros epítetos groseros, en realidad solo son posturas facilistas, comentarios de cafetería, diatribas y juicios que lanzamos con ligereza, sin un fundamento sólido y con ausencia de conocimiento en el tema.
Lo que sí se puede observar es que gracias al abandono del estado por décadas, ha ocurrido degradación y permisividad por parte de las comunidades indígenas, concretamente en lo que se refeiere a cultivos ilícitos, narcotráfico y guerrilla. Segun voceros indígenas, existen documentos de acuerdos con la guerrilla, desde años atrás, referentes a despejes territoriales, pactos de no agresión, etc., al margen y desconocimiento de cualquier autoridad estatal.
Es una realidad que la guerrilla y el narcotráfico ha permeado todos los estamentos de nuestra sociedad: la política, la economía, la sociedad y nuestra gente. Los grupos indígenas no son la excepción.
No se puede afirmar que todos los indígenas son "unos indios pobrecitos e indefensos" (palabras propias de voceros indígenas), pues esto no es cierto. Existen indígenas que hacen parte de la guerrilla y que son traficantes de drogas. Es la triste e inocultable realidad. También es cierto que no es el deseo de toda la comunidad indígena desplazar a los militares. No todos quieren que esto ocurra. Muchos son los que han sufrido y han sido víctimas de la ausencia del Estado y no están interesdos en que las cosas continuen igual.
Es verdad que hay intereses oscuros allí, por parte de ciertos sectores indígenas a quienes no les interesa la presencia estatal, debido a quieren que la ilegalidad siga campante en la región. La autonomía para seguir delinquiendo sin obstáculos. Y paralelamente, indígenas que lo hacen por convicciones honestas, como buscar proteger su cultura y sus derechos básicos. Es un asunto complejo, que requiere tiempo, diálogo y el apoyo de la comunidad internacional. Son problemas que llevan décadas en el oscurantismo y no se puden resolver de la noche a la mañana.
Lo que sí es cierto es que el Estado no puede tener territorios vedados , pues la ley así lo estipula. El Estado no es perfecto. El ejército ha cometido actos de corrupción, abuso de autoridad, muerte a inocentes, etc. Pero a pesar de todo, tiene la obligación de hacer presencia en cada rincón de nuestro país y ejercer soberanía.
Es triste que esta sea la forma en que Colombia voltee sus ojos hacia estos grupos a quienes por años hemos ignorado y que considerábamos un objeto de decoración, un dato curioso en nuestros libros de historia y geografía. La realidad es que los habíamos abandonado y no les dimos el lugar de importancia que se merecen.
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