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Reflexiones a partir del libro "Operación Pablo Escobar"

La lectura del libro "Operación Pablo Escobar" deriva unas interesantes reflexiones, no desconocidas por muchos, pero que vale la pena traer a colación, particularmente porque permite ver a través de otra ventana, los acontecimientos alrededor de la vida del capo del narcotráfico, más allá de la información siempre inmediatista de los medios de comunicación.

La serie de televisión "Pablo, el patrón del mal", procuró encadenar los eslabones sueltos de una historia que se encontraba dispersa en el imaginario de muchas personas, y permite por lo menos, inquietar a una nueva generación para que reflexione acerca de los acontecimientos que ensangrentaron nuestro país en los últimos años.

La primera parte del libro describe los detalles previos a la muerte de Escobar, particularmente la intensa persecusión por parte del Bloque de Búsqueda, grupo élite creado especialmente para capturar al capo. Pablo Escobar pudo estar oculto por varios años gracias a la complicidad y pasividad del Estado y sus fuerzas armadas. El poder corruptor de su dinero permeó diferentes instancias y frustró muchos intentos de captura. Pablo Escobar tenía gente adentro del Bloque de Búsqueda que le informaba con detalle y de manera inmediata cualquier intento en su contra. Alrededor de seiscientos agentes del Bloque murieron, gracias a la complicidad de estos infiltrados, quienes les avisaban donde se iban a realizar los retenes. Posteriormente los secuaces de Escobar colocaban carros bomba ocasionando muchas muertes que se hubiesen podido evitar.
Muchos años pasaron antes que la sociedad y el Estado colombiano pudiesen reaccionar. Por años fueron simples espectadores o idiotas útiles de delincuentes que rampantemente circulaban "como Pedro por su casa", desde la época del contrabando, la antesala al tráfico de narcóticos. Senadores, gobernadores, presidentes, alcaldes, personajes de la televisión, visitaban sus haciendas, utilizaban sus aviones y helicópteros, sin sospechar o cuestionar el origen de sus desproporcionadas fortunas.

Se observa un Estado pasivo, arrodillado, indiferente, ajeno e ignorante frente a su propia problemática. El expresidente Betancur, tuvo en su tiempo la oportunidad de negociar la paz con los narcotraficantes, cuyas cabecillas representadas por Pablo Escobar enviaron un mensaje a través de Gabriel García Márquez, con una propuesta de desmonte de laboratorios, pistas y el negocio del narcotráfico en Colombia. La reacción de Betancur fue de evitar cualquier tipo de negociación, ya que temía por su vida. La apatía del Estado provocó la ira de Escobar, quien a partir de ese momento decide que a través del lenguaje de la muerte es como su "causa" debe ser defendida. ¿Había posibilidades reales de paz con los narcotraficantes o sería tan solo  un pacto con el diablo?

Es Cesar Gaviria Trujillo quien decide enfrentar de una manera directa el narcotráfico, al asumir el liderazgo del Nuevo Liberalismo luego del asesinato de su líder Luis Carlos Galán Sarmiento. Es una época oscura, de muerte a candidatos presidenciales, bombas y pánico en cada rincón del territorio colombiano. Es el comienzo de un cambio pero parecía que Gaviria no dimensionaba el nivel de corrupción vigente. Pablo Escobar se entrega y se refugia en La Catedral, un verdadero monumento a la vergüenza y negligencia del Estado. Allí, Escobar se refugia con sus hombres para pasar unas agradables vacaciones, protegido por más de ciento cincuenta militares. Al interior, los agentes de seguridad eran sicarios con uniformes del INPEC. Cada "preso" disponía de los lujos de un hotel cinco estrellas, donde entraban y salían prostitutas, sicarios para ser enjuiciados, reinas de belleza, deportistas o cualqier persona que el capo indicase. Una burla más de este delincuente hacia las instituciones. Complicidad, corrupción, ceguera institucional.

Pablo Escobar es finalmente localizado, gracias a la precisión de equipos de rastreo, los cuales interceptan las últimas conversaciones que tuvo el capo con su hijo, hospedado con el resto de la familia en las Residencias Tequendama en Bogotá. Varios quieren hoy día adjudicarse la victoria. La versión del libro es que fue el agente Aguilar del Bloque de Búsqueda, quien dio el disparo final al corazón. Los gringos dicen que fue un francotirador de ellos. Ahora el hijo de Escobar, menciona que fue un suicidio. Independiente de esto, la muerte de este sujeto marcó el fin de un triste episodio de la historia nacional, que sacó a flote no solo la maldad a la que puede llegar un individuo en particular, sino como el dinero mal utilizado, puede corromper las diferentes esferas de una sociedad, desde los pobres seducidos por casitas y canchas de fútbol iluminadas, hasta policías, militares y gobernantes con bolsillos inflados de verdes recompensas.

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