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Y se acabó el mundial

Se acabó el mundial de fútbol de Brasil 2014 y ya nos está haciendo falta. Ha sido la mejor participación de la Selección Colombia y de verdad que nos divertimos, gritamos, lloramos, saltamos, festejamos (algunos más de la cuenta) y lo mas importante: nos llenamos de esperanza frente a los desafíos que vendrán para nuestros futbolistas en el futuro. Hemos vuelto a creer en que nuestra selección puede alcanzar grandes cosas. Nos dimos la oportunidad de soñar que tal vez la selección podría llegar  a ser campeona, esta vez sí...pero no se pudo.

Buenas noticias: ver la consagración de James Rodríguez como uno de los mejores jugadores del mundial, y ahora, uno de los mejores del planeta con un futuro, o mejor, un presente extraordinario. Estamos esperando que empiece pronto el fútbol europeo para seguirlo viendo por televisión en su desempeño en la liga española, en el equipo campeón de Champions, el Real Madrid. También estamos pendientes de otros jugadores como Falcao, Cuadrado, Armero, Teo, Jackson y los posibles movimientos a nuevos equipos. Rumores van y vienen, pero lo que sí es seguro, es que nuestros jugadores se han cotizado en la bolsa de valores futbolística y que aún darán mucho de que hablar.

Ahora volvemos a la realidad de nuestra cotidianidad. Claro que seguiremos haciendo barra a nuestros equipos locales y a los equipos  que admiramos en el exterior, pero ya la fiebre del mundial, cuando todo se paralizaba y no quedaba ni un alma en las calles,  ha pasado.

Quedan lecciones. Aún no sabemos celebrar. Hinchas embriagados peleando entre sí, riñas, heridos, muertes, destrucción de propiedades, no tienen justificación. Nos habíamos acostumbrado a perder. Y es que en realidad, Colombia no ha ganado nada en el fútbol. Tan solo un par de Copas Libertadores y una Copa América. Nuestras estadísticas son pobres en realidad. Hablábamos de exitos pasados como el empate con Rusia, el empate con Alemania o el 5-0 contra Argentina. Logros que no sumaron una medalla, no nos dieron ninguna copa, no representan mayor cosa. Pero al fin de cuentas, el fútbol tiene un componente de fantasía, de imaginación, de ficción, que nos hace construir héroes, que nos hace asumir las victorias como si fueran nuestras, que nos ayudan a sentir que pertenecemos a algún lugar.

A mí me alegra ver que a los jugadores colombianos les vaya bien, que jueguen en buenos equipos, que sean un ejemplo de inspiración. No se si alguna vez lleguemos a ser campeones. Holanda, con su historial, con su naranja mecánica y todo, no ha podido ganar la primera copa. Colombia hasta ahora asoma la cabeza. Pero es bueno saber que algunos muchachos humildes, se han ganado ese derecho de pertener a la élite de los grandes futbolistas profesionales, y que equipos de renombre ya saben que en Colombia se producen buenos jugadores.

Yo quería que Colombia fuera campeón. Yo también me lamento que no le hubieramos ganado a Brasil, yo también alcancé a creer que fue gol de Yepes. Pero finalmente no se pudo. Ahora, en realidad no quiero pensar en Rusia. Cuatro años se pasan rápido, pero no quiero estar cuatro años pensando en si fue gol de Yepes, o si Falcao estará bien para ese entonces, o si tendremos equipo competitivo, si clasifiquemos, quien será el técnico...por ahora...hacerle fuerza a los colombianos en sus equipos respectivos en el exterior y hacerle fuerza a mi equipo en el torneo local. De resto, amanecerá y veremos.


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